Un castillo mágico en las sierras de La Rioja
Perdido en las montañas y bosques secos de las sierras de la provincia de La Rioja, en el pueblo de Santa Vera Cruz, encontraremos una casa peculiar, un castillo de arquitectura vernáculo-gaudiana, lleno de simbolismo e iconos de varias culturas bañado en la luz del vórtice energético de esa región. Dionisio Aizcorbe, el autor de esta obra reflejo de su espiritualidad y filosofía, es la mente maestra detrás de esta artística e imponente declaración ante la vida y el Dios único materializada por sus propias manos en su morada, bastante excéntrica y avanzada a su época, hoy alabada y visitada por personas de todos los rincones del mundo.
CONOCIENDO EN MAYOR PROFUNDIDAD ESTA MARAVILLA DE LA RIOJA
Dionisio Aizcorbe, nacido en 1921 en la provincia de Santa Fe, fue un hombre con una cosmovisión diferente a la del resto, centrado en sí mismo producto de un amplio estudio teológico y espiritista que terminaría moldeando su filosofía de vida, misma que serviría de motivación para recluirse en el Noroeste.
Pero antes de esta decisión determinante, es útil saber que a sus 13 años Dionisio se mudó a Barrancas, Santa Fe, con su madre y es ahí donde posteriormente formaría una familia conformada por su esposa y cuatro hijos. En esa época, se dedicaba a la confección de muebles y al mercado interprovincial, todo lo que hiciera falta para mantener su hogar. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, se gestó un deseo o necesidad de despojarse de las comodidades modernas y alejarse de las urbes para así cumplir su papel en esta vida, predicar su pensamiento que podría confundirse por religioso, pero que en realidad se trataba de un conjunto de ideas de carácter espiritual. Afirmaba que las religiones dividían a la humanidad y que, no obstante, estas eran muy similares entre sí, por lo que habló de un único Dios.
Primero se mudó a Tinogasta y luego llegó a Santa Vera Cruz, un pequeño pueblo en la ladera del cerro en la costa riojana. El lugar contaba con muy pocos habitantes, carecía de electricidad y agua corriente; de más está decir que su familia no lo acompañó en este viaje sin retorno de predicación. Dionisio se hizo con un terreno en donde comenzó a construir su casa la cual sería la manifestación material de su filosofía, esta fue construida con materiales reciclados y mucho compromiso y dedicación por las propias manos de Dionisio, quien había estudiado bellas artes en la escuela provincial n°137 de Santa Fe, es de ahí, junto con su talento y motivación, de donde podemos observar su capacidad para dibujar y plasmar sus ideas en la construcción de su casa, llamada “castillo” por los locales. A base de sacrificio y fe, Dionisio, logró expresarse en las tierras riojanas.
La determinación y pensamiento extraordinario de Dionisio no pasaron desapercibidos en la región, muchos se acercaban a su casa por curiosidad y, si Dionisio estaba disponible, los hacía entrar para explicarles su obra y pensamiento a pesar de no dedicarse al turismo. También hubo quienes se burlaron de él y lo llamaron loco, pero el castillo y su filosofía perduraron y trascendieron hasta nuestros días, siendo el Castillo de Dionisio uno de los mayores atractivos de la provincia.
No sólo hablaba sobre un único Dios, también contaba con un pensamiento muy centrado en uno mismo, pues en nuestra mente se encontraban las causas y soluciones para todo. Además, habló sobre la importancia del ambiente y su cuidado, tema no muy difundido hace varias décadas.
La muerte no lo angustiaba, es más, la buscaba ya que, dentro de su filosofía de vida, se encontraba la trascendencia del alma, es por eso que en 2004 se sometió a un ayuno que terminó con su vida terrenal para comenzar con su trascendencia espiritual.
La fachada del castillo recuerda a la arquitectura Art Nouveau de Antoni Gaudí, por lo que generalmente se la describe como el único castillo vernáculo-gaudiano del mundo. A su vez, en los muros curvilíneos circundantes y de la propia casa, encontramos un gran número de esculturas y murales que reflejan las ideas espirituales de Dionisio Aizcorbe. Entre ellas se encuentra un ave fénix, Osiris, San Jorge e incluso un feto, simbología referida a la vida y la muerte.
Los jardines que rodean el castillo no sólo envuelven al visitante con la energía positiva del presunto vórtice presente en la zona, sino que cuenta con una amplia variedad de árboles, arbustos y flores que invitan a los polinizadores del pueblo a darse un paseo por el lugar. Uno puede respirar la paz y pureza del entorno y dejarse perder en senderos de rosas y lavanda, así como árboles de fruta de los cuales Dionisio basaba parte de su dieta. También encontraremos diversos carteles con consejos y reflexiones de Dionisio, muchas extraídas del budismo, hinduismo, etc.
LO QUE LA GENTE OPINA
Quienes visitan el castillo vuelven encantados con la belleza y espiritualidad del lugar, como podemos ver en las respuestas de los turistas ante preguntas sobre el entorno.
-Si tuvieras que describir el castillo de Dioniso, ¿Cómo lo harías?
-Me parece un lugar bastante bonito energéticamente, porque en este lugar se puede sentir una energía única, y esto podría explicar el porqué de sus obras (de Dionisio).
- ¿Qué sientes al estar en este lugar?
-Me da una sensación agradable y una libertad que además va acompañada del entorno y la naturaleza que me rodean.
Otros turistas dan opiniones igualmente positivas.
- ¿Cómo llegaste al Castillo de Dionisio?
-Bueno, me recomendaron este lugar porque es muy divertido y relajante.
- ¿Lograste entender las obras y cómo te sentiste al estar aquí?
-La verdad es que fue muy esperanzador, me abrió la mente, se nota mucho la energía que hay aquí, recomiendo venir. Volvería.
El testamento de la última turista nos invita a visitar el castillo.
- ¿Recomiendas venir a este lugar?
-Sí, la verdad es que lo recomiendo. Se siente como un ambiente muy tranquilo, muy energético. Lo recomiendo porque tiene estructuras muy hermosas.
¿QUERÉS SABER MÁS INFORMACIÓN ÚTIL SOBRE EL CASTILLO?
El Castillo de Dionisio está abierto al público todos los días de la semana de 10:00 a 19:00 y la entrada
cuesta apenas $1.000 pesos argentinos y no es necesario hacer reservas. Una vez en el parque, un guía
turístico nos explicará la historia del lugar, aunque uno cuenta con total libertad de recorrer los senderos
del castillo como le plazca, a excepción de las áreas de uso privado.
A pesar de estar ubicado en un pequeño pueblo en la ladera de una montaña, el castillo es relativamente
accesible. Se encuentra a 112 km de La Rioja Capital, se puede llegar en un auto propio o alquilado,
aunque es importante recordar que no hay mucho lugar para estacionar y los últimos 850 metros para
llegar a la entrada son de tierra. En caso de conseguir un colectivo o combi, estos estacionarán en la plaza
del pueblo ya que la calle que se dirige al castillo no ofrece suficiente espacio para que dichos vehículos
maniobren.
REFLEXIÓN SOBRE EL CASTILLO
Finalizando, queda demostrado que la experiencia de visitar el castillo es muy cautivadora ya que se
puede observar la gran historia de Dionisio y como este lugar quedó en la historia como símbolo de
turismo en nuestra provincia. Si quisieras visitar un lugar lleno de arte, con estructuras esotéricas y
sentir extrema tranquilidad, no dudes en ir al castillo de Dionisio.
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